domingo, 25 de julio de 2010

Las palabras en la arena, nunca se van, sólo enriquecen al mar

Sirena:
Querida mia, esta carta la envio pasajera dentro de una botella, a la usanza antigua, espero llegue a tiempo para estar con vuestra merced el día que arrecian las aguas y los frios en su paraje norteño de nuestra señora del Rosario. Mucho es mi placer y sin mesura mi contento de que vuestra merced pueda leer dicha carta polizonte de una botella sin otro capitán que firma siempre asi "Por siempre suyo, vuestro capitán que le quiere mucho más que a la Mar"

Ojalá fuera pronto y cerca, nada quita de mi pensamiento a vuestras manos, y su hermoso rostro, lo cálido y amable de sus cariños y lo puntiagudo de vuestros enojos.

Mi querida Sirena, Amatista es vuestra tesitura, hermosos cristales violacios de las minas oscuras, sólo ante la luz radiante del Sol, sólo ante el contraste de la Mar, únicamente en esa conjunción es que vuestro capitán la puede enmarcar.

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