domingo, 25 de julio de 2010

Nada existe que no se rinda a la Sirena Amatista

Como la marea que llega a la costa, que lo abraza todo con su espuma marina. Se lleva de ofrenda mis dibujos y mis palabras hechas en la playa, y a cambio me deja la espuma de mar en una Sirena que duerme a mi lado.

La Sirena, como la espuma, lo abraza todo, lo arropa y lo arrebata, porque es su naturaleza y su derecho. De la Mar fue obsequio, nunca interpondré un dicho quejoso.

Nada existe que no se rinda a la Sirena Amatista.

Vuestro capitán, quien la más quiere, la adora y le atesora más que a la Mar misma.

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