martes, 10 de agosto de 2010

De cómo la esencia de la Sirena me inunda

Cuando la Sirena cambia los mares como de sus humores se trata, ningún marinero está preparado para tal aventura. Ningún corazón de fémima conocerá nunca, el miedo deste sortilegio. Pues en es cuestión de todos los sabores y colores, tan cambiantes y variados como fiesta de juegos pirotécnicos o los colores de los peces y el coral que reinan bajo la quilla de mi barco.

Mucho terror y de mucho más tiento es lo que un Capitán debe considerar cuando de una Sirena se trata, porque mucho más que una mujer ordinaria, tiene a la suerte estar a la deriva y sin rumbo, mapa o gobierno. Por lo tanto, si no fuese hábil de navegar así, perdido estuviera..... y perdido ha estado más de una ocación.

Pobre del marino que te escribe, que por más que busca el rumbo en su brújula imantada, encuentra sólo la perdida ilusión de que puede llegar a conocerte. Aguja loca cuando a tu Norte de sirena se orienta. Ningún derrotero es tanto más fuerte, difícil y creativo, ni siquiera el del Fin del Mundo y de los Tiempos juntos pueden acercarse a tu exquisita presencia.

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